miércoles, 5 de febrero de 2014

EL ALMA DE LA NATURALEZA

"Había brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola", me dijo Ana, una dulce anciana conquense. Insistí para que me contara más y no sintiera rechazo por su locura. Ella se empeñó en que fuera para escucharlo. Al llegar al cercado vi los cerezos más grandes que había visto en la vida. Cuando la brisa acarició mi oído, pude oír la melodía del piano, mientras el viento besaba los árboles. Asombrado y con la emoción en el rostro, abracé a Ana. Entonces lo vi, un hombre estaba tocando el piano dentro de una caseta próxima. Me acerqué, y él me afirmó: “la música con alma, da vida a la naturaleza”.